Diez razones por las que una sociedad sensata debería rechazar el socialismo…

1. El socialismo y el comunismo son de la misma ideología. El comunismo no es sino una forma extrema del socialismo. Desde el punto de vista del sostén ideológico no hay sustancial diferencia entre ambos. En efecto, el comunismo de la Unión soviética se denominaba así mismo “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas” (1922-1991).

2. El socialismo es contrario a la libertad y a la naturaleza humana. El socialismo es antinatural. Destruye la iniciativa personal, la colaboración y donación y las reemplaza por un absoluto o alto grado de control del Estado. Tiende siempre al totalitarismo, la destrucción de la libertad, la arbitrariedad y la represión. En los procesos políticos, el socialismo siempre crea injusticias porque transfiere las responsabilidades de los individuos y las familias a los gobernantes.

3. El socialismo viola la propiedad privada. La redistribución socialista consiste en transferir dinero de las clases medias y bajas a los políticos y administradores gubernativos. Lo hace bien directamente a través de las expropiaciones como hizo Castro en Cuba o a través de impuestos confiscatorios como sucede actualmente en nuestro país. Se usa la fiscalidad como elemento –no del bien común- sino de expropiación. La abolición de la propiedad privada es uno de los puntos fuertes de la tradición socialista, que ya figuraba como uno de los objetivos prioritarios del “El Manifiesto Comunista” de 1848.

4. El socialismo se opone al matrimonio y la familia. El socialismo rechaza el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer basada en la fidelidad y en la indisolubilidad. Además, lo consideran- Marx y Engels- como institución que sostiene la propiedad privada.

5. El socialismo se opone a los derechos de los padres, a la educación. El socialismo considera que el Estado, no los padres, es a quien corresponde el control de la educación. Desde el nacimiento el Estado debe hacerse cargo en su totalidad de los niños y debe establecer no solo los contenidos académicos o el civismo, sino todo lo que afecta a la conciencia moral.


6. El socialismo se basa en la envidia y el resentimiento. Trata de imponer una igualdad radical, no equidad, que es imposible. Con esta actitud se destruyen muchas posibilidades empresariales, académicas, de  investigación y de creación de empleo.

7. El socialismo se burla de la religión. La creencia en Dios, la preocupación por la trascendencia, el sentido de la vida, el alma. Todo eso son ilusiones para el socialismo. Hay que desterrarlo. De ahí que la puesta en práctica de distintas modalidades de persecución religiosa ha sido y es una de las identidades más fuertes del socialismo de ayer y hoy. Con ello, los socialistas, han contribuido y contribuyen de manera importante a la desintegración del “ethos” y a la decadencia de las sociedades.

8. El socialismo promueve el relativismo. Para el socialismo no hay ni verdades reveladas ni pautas de conducta estables para todos los hombres en todo tiempo y lugar. Todo evoluciona, lo correcto y lo falso, lo bueno y lo malo. No hay, por tanto, ámbitos ni privados ni públicos para la Ley Natural o los diez Mandamientos. Cómo es sabido el feminismo socialista tiene entre sus planteamientos intervenir en la vida privada, familiar y personal.

9. El socialismo obstaculiza la economía libre. Los pilares de la prosperidad como son la libertad en la oferta y la demanda, el comercio, la propiedad, la acción empresarial, el esfuerzo, el riesgo, etc. No se desarrollan adecuadamente allí donde domina la mentalidad socialista.

10. El socialismo se burla de la patria y la nación.

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